miércoles, 26 de agosto de 2009

La MGM

Pasado un buen rato de la llegada del anterior participante, al fin vimos la bici tumbada de Paolo entrar en el polideportivo de Algete. Su llegada la presenció también Fran Vacas, el que primero había llegado, 1 día y 8 horas antes. De 58 horas a 90, el italiano había invertido aproximadamente un tercio más de tiempo pero no por ello tenía menos mérito. Eso es lo que hemos considerado todos y cada uno de los que hemos estado en la MGM, sobre las bici o sobre el coche. De hecho, Paolo se llevó más aplausos que Fran puesto que cuando llegó había mucha gente en el comedor dispuesta a ovacionarle. Fran llegó de la misma forma que hizo la marcha: solo. Con el reconocimiento de la gente de la organización que allí le esperaba.

La filosofía del ciclomaraton es la autosuficiencia, y en esta edición su máxima expresión ha correspondido al propio Fran. Casi 58 horas prácticamente en solitario o con alguien a rueda, con su propio esfuerzo y con la suficiente fortaleza mental para ser capaz de soportar la falta de sueño, el dolor de piernas, de trasero, el calor, la oscuridad de la noche...

En el mundo del ciclismo me he encontrado muchas dicotomías: los que siguen a los pro y los que pasan de ellos, los cicloturistas a los que les gusta competir y los que les gusta ir tranquilos, los que van a marchas y los que van a ciclomaratones... algunos de ellos suelen mostrar cierto menosprecio hacia los que no son de sus mismos gustos. Parece que cuando entras dentro de una "tribu" y te identificas con ella, puedes llegar a mirar "de otro modo" a los que no piensan como tú.

A mí la verdad es que me gusta todo lo que tenga que ver con las dos ruedas por asfalto sin motor. Empecé siendo seguidora de los profesionales, y por ellos empecé a montar en bici más allá del paseíto por el pueblo con los amiguetes de la adolescencia (hasta llegué a hacer una marcha). Quería saber como se sentían sobre la bici los Laguía, Gorospe, Perico... y luego lo dejé porque no tenía quien aguantara mi ritmo tortuguil hasta que empecé a conocer más en fondo el cicloturismo hará como 4-5 años, merced a la ciclolista. Y de entre todo lo que conozco, encuentro tan interesante a la gente que hace marchas, como a la que hace ciclomaratones, como a la que compite.

Por ello no tengo ningún prejuicio hacia quien se toma una prueba no competitiva como es un ciclomaraton de 1200 km. como una competición. Menos aún si se molesta en acercarse de nuevo al polideportivo (a pesar de saber que no le iban a dar ningún premio) a felicitar al que llega el último. No hay aquí últimos ni primeros, puesto que cada cual se toma la carrera a su modo. Es posible que entre los ciclomaratonianos hubiera alguien con más cualidades que Fran que de haberse preparado la prueba para hacer buen tiempo lo hubiera conseguido, pero como los números están ahí y por más que quieras evitar la competición siempre hay quien quiere llegar antes que los demás... pues al final alguien queda primero y otro es el farolillo rojo. Y a mí me pareció fenomenal que el que invirtió menos tiempo se acercara para saludar personalmente al que hizo más, porque al final todos estamos en la misma historia.

Lo que más me gustó de la MGM fue poder hablar con personas que se lo habían tomado de distinta forma, incluído Fran. Los que gustan de la competición le verán como un fenómeno que ha conseguido batir el récord de la prueba, a los que no les gusta competir le verán como un fantasma que ha peleado contra molinos de viento. Lo cierto es que en este último caso no peleó contra molinos de viento, porque había más gente que se había tomado la MGM como competición, y a éstos si les venció, sin duda alguna, y solo.

Pero para mí el mérito de Fran no es ese, sino el mismo de todos los de la MGM: proponerse conseguir una meta, y conseguirla. Me da lo mismo que sea en 58, que en 75, que en 90. El mérito de toda esta gente es ser capaz de disfrutar y sufrir y no darse por vencidos con tal de lograr su objetivo. Como foto virtual final, me quedo con el zapateado de Nuria al poco de llegar, y con la imagen de un ciclista que fuera político y que no lo pareciera para nada cuando charlaba con todos los que estábamos en esos momentos finales de la MGM.

Enhorabuena a todos, campeones.